Como parte de su compromiso con desarrollar un negocio sustentable a largo plazo y minimizar el impacto medioambiental de sus operaciones, las plantas de Tenaris en Rumania han alcanzado una tasa de recuperación del 100% de los subproductos del hierro generados durante su proceso de producción.
El proceso de producción de Tenaris comienza en su acería ubicada Călărași, Rumania. El acero producido en la planta se basa en un 96% en materiales infinitamente reciclables, principalmente chatarra, que se recoge y trata en los hornos de arco eléctrico de la acería a un ritmo de aproximadamente 500.000 toneladas por año.
Durante los últimos cinco años, Tenaris se ha centrado en la recuperación y reutilización de escoria, el subproducto de la fusión de la chatarra. Mediante la identificación de una solución de procesamiento mecánico, la empresa ha logrado reutilizar 60.000 toneladas de escoria anuales para la construcción de carreteras.
El proceso de producción continúa cuando las barras de acero producidas en Călărași son transportadas a la planta de tubos sin costura de Tenaris en Zalău. En esta planta, los distintos procesos mecánicos y de producción de tubos generan subproductos ferrosos.
El equipo de Tenaris ha logrado transformar las escamas aceitosas de óxido de hierro en un material adicional para el horno de arco eléctrico de Călărași, evitando así 850 toneladas de residuos por año. Cada año, 8.000 toneladas de escamas de óxido de hierro se venden a empresas de las industrias metalúrgica, química o de electrodomésticos, y se logra un ahorro de 15.000 metros cúbicos de espacio en los vertederos.
"Implicó mucho trabajo en equipo validar las soluciones técnicas, mejorar la calidad de los subproductos e identificar a los socios adecuados para que nos ayuden a transformarlos en recursos. Este es un gran ejemplo de un sistema de economía circular y de nuestro compromiso con desarrollar un negocio sustentable", comentó Anca Salajan, Director de Salud, Seguridad y Medio Ambiente de Tenaris en Rumania.
El proyecto ha sido publicado en la revista online rumana The Diplomat. Para leer la historia, haz clic aquí.
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