No es ningún secreto que la pandemia de COVID-19 trajo consigo desafíos inimaginables a la educación. Las escuelas técnicas se vieron especialmente afectadas debido al fuerte componente presencial de los talleres, además del enfoque práctico de la tecnología y los equipamientos.
Como la mayoría de las escuelas del mundo, la Escuela Técnica Roberto Rocca de Tenaris en Campana, Argentina, se vio obligada a repensar e implementar nuevos procesos para continuar el año académico, que acababa de comenzar cuando la pandemia golpeó en marzo de 2020 y sus 430 estudiantes se vieron obligados a estudiar desde casa. Hoy, están emocionados de volver a su horario habitual en persona y quieren capitalizar todo lo que han aprendido durante los últimos dos años.
"Si pensábamos que estar sentado frente a una pizarra durante ocho horas era malo, escuchar una lección eterna en Zoom era aún peor. Tuvimos que idear nuevas soluciones".
Ludovico Grillo, Director de la Escuela Técnica Roberto Rocca de Campana
Desde su apertura en 2013, uno de los objetivos de la Escuela Técnica Roberto Rocca ha sido explorar nuevas formas de enseñar y aprender. “Hemos trabajado para abandonar ese modelo antiguo en el que los estudiantes escuchan pasivamente una lección, y teníamos que descubrir cómo continuar haciéndolo cuando el aprendizaje en línea era la única opción. Si pensábamos que estar sentado frente a una pizarra durante ocho horas era malo, escuchar una lección eterna en Zoom era aún peor. Tuvimos que idear nuevas soluciones”, comenta Ludovico Grillo, Director de la Escuela Técnica Roberto Rocca en Campana.
Durante la pandemia, el personal de la escuela se unió para desarrollar nuevas formas de conectarse, enseñar y aprender, y para ayudar a los que más necesitaban. “La pandemia realmente nos puso a prueba. Nos hizo re conectarnos con nuestra misión de una manera completamente nueva. Diseñamos un horario que mezclaba clases en línea en vivo y espacios asincrónicos, además de clubes en línea, para que los niños pudieran seguir aprendiendo y mantenerse conectados. Ahora que estamos adoptando esta nueva normalidad, no queremos dejar atrás todas esas lecciones; queremos llevarlos al nivel del texto”, explica Grillo.
Un ejemplo perfecto de este enfoque innovador es el proyecto lanzado recientemente para rediseñar las aulas en diferentes nodos temáticos. “Tendremos un nodo sobre naturaleza y sustentabilidad, otro sobre tecnología, otro sobre responsabilidades sociales, etc. De esta manera, los estudiantes interactuarán con las diferentes asignaturas en esos nodos y llegará un momento en que los niños ni siquiera tendrán un horario fijo, sino que trabajarán en proyectos flexibles en su lugar, alternando momentos de concentración y estudio, con momentos de socialización. intercambio con sus pares y momentos de retroalimentación con los profesores. Cambiará por completo la lógica escolar que conocemos hoy”, describe Grillo, y destaca que el objetivo de este nuevo diseño es fomentar el trabajo en equipo y el aprendizaje experimental. “Siempre estamos fomentando el aprendizaje basado en proyectos y las experiencias prácticas. De esta manera, los niños permanecen activos durante todo el proceso de aprendizaje: prueban cosas nuevas, dibujan, construyen y desmontan. Es un enfoque completamente diferente al aula clásica”, explica Grillo.
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